viernes, 26 de noviembre de 2010

Allbogasoys y el destino

El azar garantiza la ausencia de certezas: ni el fixture más vergonzosamente armado a dedo está a salvo del influjo todopoderoso de las casualidades y de los triunfazos de visitante. A All Boys le tocó mandar al descenso a Rosario Central. Obvio que en el camino que llevó a aquella inolvidable Promoción (¡hace seis meses!), un gol más o un gol menos podrían haber significado un cruce con cualquier otro rival. Pero esa vez tocó Central, y se lo mandó a la B en Arroyito. Entonces –vamos–, al menos por un tiempo, cierto morbo en torno al Albo quedará flotando cual abrojo en las nalgas futboleras rosarinas. Tanto las canallas como las leprosas.

Después, la vida se abre camino, como dicen en Jurassic Park. Newell’s pasa vergüenza en Floresta, hay neofolclore futbolero, hinchas de Chicago –quieren ir a una cancha de Primera– se cuelan entre los rosarinos, y bueno, ya ha empezado otra historia.

Pero el azar termina por marcar una tendencia, y por escribir una historia: si el laberinto infinito de los fixtures, los resultados inesperados y las copas internacionales llevara a que durante tres años consecutivos All Boys jugara finales contra el Rayo Vallecano, estoy seguro de que los hinchas terminaríamos sintiendo algo, parecido a la rivalidad, entre Floresta y Vallecas.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Lucha de clases

Dictadura del proletariado. Movilidad social en el fútbol. Héroes de clase trabajadora. La pasión que vence a los aparatos.

No pude dejar de pensar en metáforas revolucionarias, sociales, desde el momento en que el uruguayo Juan Pablo Rodríguez marcó el gol con el que All Boys venció a River, que jugaba por primera vez en 200 años de historia argentina en el Islas Malvinas. Bueno, en realidad en ese momento anduve a los besos y abrazos en la tribuna. Recién después del grito de gol, cuando siguió el partido, empecé a pensar.

El triunfazo contra River en Floresta (¡Vino River a Floresta! ¡Y All Boys le ganó bien!) me embriaga. ¿Qué vida estoy viviendo? ¿Una realidad paralela? ¿Otra dimensión, muy parecida a la que conocemos, prácticamente igual, pero en la que All Boys recibe a los grandes en Floresta y los noquea?

Y hablando de noquear, qué mano pesada tiene el Albo cuando juega de local. Qué lindo darle a River, a Boca, a Independiente, a Estudiantes, al que venga, y todo en apenas tres meses.

Es el mejor momento de mi vida (deportiva, claro). Supongo que buena parte de los hinchas del Albo sentirán lo mismo. El gran espectáculo del año no son los shows de Paul McCartney en River. El gran espectáculo del año es ver a River vapuleado en Floresta.

Esto recién empieza. Y eso es, justamente, lo mejor de este momento.