Son tiempos de bonanza informativa para el hincha de All Boys. Más allá de las escasas líneas que cada cinco días Olé suele dedicarle al Albo, hoy cualquier hincha intrépido y con cierta avidez por acceder a noticias del club tiene relativamente a mano una apreciable abundancia de oferta periodística… O, bueno, de algo parecido al periodismo.
Entre los programas de radio partidarios que hay por aquí y por allá (un saludo a Juan Carlos Pellegrini, a Pablo Ladaga, a Pedro Da Luz, hasta a Claudio Sintes), los sitios dedicados -bien o mal- únicamente al Ascenso, los más entusiastas blogs y hasta este casi lujo que es ABD1, el hincha puede obtener datos sobre All Boys prácticamente a diario. Datos mínimos, sí, pero datos al fin.
Hace apenas unos años, cuando el Albo estaba en la B Metro y el siglo todavía era el XX, hasta resultaba difícil enterarse del resultado del partido. Por suerte, como siempre, estaba el gran diario argentino.
Clarín solía dedicar el último párrafo de la última columna de la última página de la sección Deportes (que casi era la última sección del diario, justo antes de las necrológicas) a un apartado lacónico e indispensable que se llamaba “Otros resultados”.
“Otros resultados” era un canto a la austeridad: apenas enumeraba los resultados amontonados de todos los partidos de la B. Alguna vez, de milagro, incluía a los autores de los goles.
“Otros resultados” estaba precedida por un rombito, rústico ícono que para el hincha del Albo y del Ascenso todo resultaba tan revelador como la piedra de Rosetta.
Ese renaultiano símbolo en negrita, que Clarín brindaba con toda parquedad y casi a desgano, era en los ochenta prácticamente la única señal de que el mainstream periodístico iba a otorgar unos milímetros a reportar los vaivenes de All Boys.
Va para los imbéciles que dicen que todo tiempo pasado fue mejor.
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